La pegada del Chelsea, con goles de Fernando Torres y del
nigeriano Víctor Moses, y la ventaja de dos goles del partido de ida
solucionaron la clasificación del equipo inglés para las semifinales de la Liga
Europa, sostenida por su eficacia arriba ante el Rubin Kazán, que ganó la
vuelta 3-2.
Una victoria inútil para el conjunto ruso, que se entregó al
máximo y ganó un partido de prestigio en el estadio Luzhniki de Moscú, pero que
siempre vio desde una distancia de al menos dos goles la posibilidad de sacar
el billete para la siguiente ronda del torneo frente al vigente campeón de la
Liga de Campeones.
Porque el Chelsea, con altibajos y sin fútbol, apenas sufrió
por su presencia en semifinales. Si el 3-1 de la ida de hace una semana en
Stamford Bridge le había situado ahí con pie y medio, en el minuto 4 ya tenía
casi los dos: Fernando Torres transformó la primera ocasión inglesa del
encuentro en el 0-1.
El atacante madrileño fue igual de resolutivo que la semana
pasada en Londres. Allí anotó dos tantos. Sólo necesitó una opción para
encarrilar el pase en la vuelta en Moscú, al aprovechar un centro largo de
Lampard y elevar la pelota ante la salida desesperada fuera del área, quizá
precipitada, del portero Ryzhikov.
Torres ya se acerca a la veintena de goles en este curso.
Máximo goleador del Chelsea en esta edición de la Liga Europa, que abre una
nueva vía a los 'Blues' para salvar un año irregular, el '9' ha logrado cuatro
goles en sus últimos tres choques de la competición, tres de ellos ante un
Rubin que peleó hasta el último segundo.
No le bastó al equipo de Kazán para prolongar su meritoria
aventura en la actual temporada europea, en la que eliminó al Atlético de
Madrid, vigente campeón del torneo, y en la que se deshizo del Levante, pero
que terminó hoy, derribado por la puntería del Chelsea, al que incluso puso en
apuros en el tramo final.
El Rubin demostró su capacidad para proponer mucho más que
un sistema ultra-defensivo, la fórmula en la que había basado su avance por el
torneo, generó ocasiones claras, una del finlandés Roman Eremenko con 0-0, e
incluso inquietó a su adversario cuando marcó el 3-2 -necesitaba dos goles más-
a falta de un cuarto de hora.
Nunca desistió el equipo ruso, que le dio emoción al
enfrentamiento en la segunda parte. Primero Iván Marcano se elevó sobre la defensa
inglesa y cabeceó el 1-1 (m. 51), contestó Moses con el 1-2 (m. 55), tras una
pared con Ramires, y Karadeniz, con otro testarazo, estableció el 2-2 (m. 61).
A media hora del final, con la necesidad de anotar tres
goles más, el Rubin mantuvo su empeño, estrelló un balón en el poste, otra vez
en un cabezazo de Iván Marcano, confirmó una inesperada fragilidad de la
defensa del Chelsea en los centros laterales y consiguió el 3-2 en un discutido
penalti convertido por Natcho.
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