Zack Greinke, de los Dodgers, y Carlos Quentin, de los
Padres, fueron los encargados de iniciar la trifulca
El pitcher de los Dodgers Zack Greinke se fracturó el jueves
la clavícula izquierda en una riña con los Padres de San Diego que vació las
bancas en el juego que ganó Los Angeles por 3-2.
Un cuadrangular del dominicano Juan Uribe como bateador
emergente en la octava entrada puso adelante a los Dodgers en la pizarra, dos
entradas después de que Greinke golpeó a Carlos Quentin en el hombro izquierdo
con un lanzamiento.
Quentin comenzó a caminar hacia el montículo y pareció que
Greinke dijo algo. El bateador de poder se abalanzó contra el ganador del
Premio Cy Young de la Liga Americana en 2009. Ellos dejaron caer los hombros y
chocaron, y Quentin derribó al lanzador al césped.
Quentin y Greinke terminaron debajo de una enorme multitud
cuando los jugadores de ambos equipos se unieron a la riña.
Cuando finalmente fueron separados, Quentin fue sacado del
terreno de juego por su compañero de equipo Mark Kotsay. Greinke caminó hacia
el dugout de los Dodgers, con la playera desordenada después de que Quentin se
la subió sobre la cabeza.
Al reanudarse el juego, el venezolano Alexi Amarista corrió
como emergente por Quentin, avanzó en un wild pitch y anotó con sencillo del
cubano Yonder Alonso para empatar la pizarra a 2-2.
Uribe bateó su cuadrangular por el jardín izquierdo en
cuenta de 3-2 contra Luke Gregerson (1-1) con un out en el octavo episodio para
dar a los Dodgers una ventaja de 3-2.
Por los Padres jugaron los venezolanos Amarista, con una
carrera anotada; y Jesús Guzmán de 1-0.
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